domingo, 21 de octubre de 2012

Realidad actual

Casi toda la vida creí que el odio era solamente parte de la gente que no sabía como querer a los demás, pero ya veo que no es así...

Fue sólo un momento el que derivó en todo un problema, muy estúpido, por cierto.

En cuanto nos enteramos de su existencia no sabíamos que hacer, pasamos del temor a la felicidad, y de la felicidad al temor de qué iba a pasar.

Hablamos y todo salió mal; el mundo explotó y sólo nosotros nos vimos afectados, él más que yo...

Y el odio creció desde ellos hacia él.

A pesar del odio nosotros seguimos creciendo, no los dos, sino los tres.

Pero también empezó a crecer mi odio hacia ellos por odiarlo a él, y sigue creciendo ese odio tanto que no sé cuanto tiempo podrá quedarse oculto antes de que revele algo que tal vez siempre he sido, que jamás he tenido el valor demostrar pero que siempre he querido hacer.

Quiero que escapemos, que nos vayamos lejos donde nadie pueda encontrarnos ni decirnos qué hacer ni cómo hacerlo, porque a ambos nos harta aunque tú siempre estés más harto de ello que yo.

Sabes que mi amor por ti es incondicional, así como sé que es el tuyo hacia mí.

Vámonos de aquí...

Huyamos y ya...

viernes, 15 de junio de 2012

Dueles...

¿Como puedes odiar tanto lo que amas?
¿Cómo es que puede hacerte tanto daño quien te saca sonrisas en medio del llanto?
Malditas sean las horas en que mi estúpida paranoia me hace pensar que cada vez que estamos lejos existen miles de cosas que yo no sé y que jamás me dirás.
Podría ser cierto.
No sé qué es lo que pasa a tu alrededor en cuanto doblo la esquina y desapareces de mi vista, pero es tanto lo que te quiero que me controlo y confío en ti... simplemente lo hago; confío y punto.
Maldita seas ¡Cállate ya! no quiero seguir escuchándote, pero no puedo evitarlo, tu voz resuena en mi cabeza de la misma manera que resuenan las balas disparadas por un arma descargadas contra un cuerpo; no puedo ignorarlo, pero me harta tu pesimismo y tus ganas de asesinar a cuanto humano se planta enfrente... a pesar de querer asesinarlo también.
Tus palabras me lastiman, y ni siquiera me las dices a mi...

Quiero gritar y no puedo, sacar la desesperación que me consume por no poder verte y saber lo que sé; quiero gritar pero no puedo porque no dejaría de gritar jamás.
Mis brazos se cubren ya de las marcas que mis uñas han dejado sobre ellos, hechas sólo por querer aliviar la tensión que me presiona, ya que te prometí no volver a pasar una navaja sobre mi piel... al igual que prometí quererte para siempre, sabes que lo cumpliré, pero la pregunta es ¿Lo cumplirás tú también?

Yo sigo confiando, confiando y sufriendo, pero no importa, confío más de lo que sufro... pero a veces siento que ya no aguanto.

Tal vez sería mejor sacarme los ojos...

martes, 6 de marzo de 2012

Distancia...


Me haces falta... El calor de tu cuerpo al abrazarme no está 
¿Dónde estás?
Te veo al otro lado de la pantalla y te siento tan distante...
tus miradas son las de siempre; todas llenas de cariño que sólo expresas hacia mí, pero te siento distante...
 ¿Por qué?
Dices que tus manos se sienten vacías sin las mías entre ellas y lloro... Lloro porque no puedo decirte al oído cuánto te quiero y cuánto hace que espero por ti.
Caigo adormecida sobre el escritorio sin remedio cuando tu imagen desaparece,
desisto y me envuelvo entre las sábanas de tu lado de la cama que guardan aún tu aroma,
como si jamás hubieras tenido que irte,
como si siempre hubieras estado ahí,
como si fuera a despertar mirándote enfrente mío, pero no... no estás ahí porque despierto envuelta en más que las sábanas, son tus brazos y tu aroma dándome el aire que tanto necesito para remediar tu sofocante ausencia, brazos que me aprisionan dejándome saber que me has extrañado tanto como te extrañé a ti...